Inis Oírr (Inisheer) Island

Las Islas Aran están situadas en el oeste de Irlanda. Son tres: Inis Mór, Inis Meáin e Inis Oírr. En 2016 fue la primera vez que visité estas islas y lo hice a la más grande, Inis Mór, realizando el viaje en ferry desde Galway, algo que recuerdo como una experiencia inolvidable además de que pasé noche, recomendable 100%. Esta vez fue diferente. El viaje lo hice en ferry desde Doolin y visité la isla más pequeña, Inis Oírr. Estaba hospedada en Galway por lo que cogí un autobús que me llevó a Doolin y una vez allí fui andando hasta el puerto donde me monté en el ferry. Llevaba el billete comprado con antelación, pues a pesar de que era junio no me atrevía a llegar sin nada reservado. De hecho el ferry iba hasta la bandera.

La empresa en la que reservé el billete del ferry es THE DOOLIN FERRY CO y una vez que llegas al puerto de Doolin enseguida se ve la caseta donde puedes informarte o simplemente mostrarles el ticket y te dirigen hacia donde está esperando el transporte, pues hay varios ferrys y así de primeras pues no sabes cual es el tuyo.

El viaje fue tranquilo, te puedes levantar a hacer fotografías, a disfrutar del paisaje, o si te mareas pues más vale que te quedes en tu sitio porque sino… Yo reservé a las 11h pues mi bus desde Galway me dejaba sobre las 10 y así me daba tiempo de llegar al puerto de Doolin sin prisas. Y la vuelta a las 16:45, si no recuerdo mal era la última hora que puedes reservar a no ser que te quieras quedar a dormir. A mi me hubiera hecho mucha ilusión pasar noche en la isla, pero desgraciadamente estaba todo ocupado.

Inis Oírr es la isla más pequeñita del conjunto de las islas Aran y se caracteriza por un encanto especial. Cerca de Burren lo que le da ese carácter natural inusual de esa zona, y los acantilados de Moher observando la isla desde lo lejos en todo su esplendor. Es alucinante, es un lugar para descubrir, para pasear, para sentir la isla con su paisaje variopinto desplegarse ante ti.

Opté por ir caminando, pero desde el minuto uno que pisas la isla te van ofreciendo que si paseo en carro, en tractor (si, aluciné), bicicleta, y si no, pues andando a tu marcha. Igual que cuando visité la isla más grande, se nota un estilo de vida típico irlandés y un lugar donde el gaélico, irish o irlandés, toma posesión entre sus lugareños.

Lo primero que hice al llegar fue tomarme un café, sentarme a disfrutar de ese momento en un lugar increíble. O quizás necesitaba asimilar que estaba allí, porque creerme, es algo que hasta que no estás allí no lo sientes.

Y ya me dispuse a caminar. El paisaje es alucinante, muy característico de la zona del Burren, con esos muros con piedras apiladas dejando huecos para que corra el aire, realizados como formando diferentes parcelas. Se podían ver vacas, ovejas por el camino, pero también podías sentir el silencio de estar caminando sola, hasta que de repente venía un carro de caballos con unos turistas y volvías al mundo real jajaja.

Visité el castillo de O´Brien en la parte superior Inis Oírr, una construcción en piedra que parece que desde allí arriba vigile a toda la isla y a la gente que la visita. Está en ruinas, pero mantiene un encanto especial. A mi me gusta mucho visitar este tipo de construcciones en Irlanda, castillos, abadías, iglesias, que a pesar de no mantenerse completos desprenden una magia que les hace distinguirse por encima de otras construcciones. La entrada es libre y merece mucho la pena.

Bajé del castillo y continué mi ruta caminando. Había visto en un folleto que recogí en una oficina de información, que en un momento dado me iba a encontrar con un barco, pero vaya, no me imaginaba que ese barco fuera algo tan increíble que aún estoy alucinando. Creo que estuve igual más de una hora en ese lugar. Qué espectáculo!!!. Os cuento un poco la historia para poneros en situación. Fue en el mes de marzo del año 1960 cuando este barco que navegaba por la Bahía de Galway se vio sorprendido por una fuerte tormenta. Fue a encayar en la Roca Finnis de esta isla, y por fortuna nadie resultó herido y el barco se abandonó en este lugar. Así, se ha convertido el Naufragio del MC Plassey en una de las visitas obligadas en esta isla.

No di la vuelta completa a la isla pues me iba a llevar mucho tiempo y quería parar a comer algo antes de coger el ferry de vuelta. Encontré, ya en la zona más cercana al puerto que es donde están todos los B&B, un restaurante que me dijeron que habían cerrado la cocina. Yo de verdad que todavía después de tantos años en Irlanda, no entiendo muy bien los horarios de las comidas jajajaja. Así que encontré otro que me dijeron que si, of course, que servían lo que quisiera. Pues ahí que me senté.

Tengo que decir que el día no pudo ser mejor. Soleado y fantástico. Me tocó por suerte jejeje. Había gente hasta bañándose en la playa, y como otros muchos que había por allí, me pedí un helado que lo disfruté sentada en la arena. He de decir que para darse un baño no hacía día….. pero aquí es ver un rayo de sol y al agua.

Tenía muchas ganas de visitar esta isla, pues lo había programado para el 2020 pero por la pandemia lo tuve que anular. Son unas islas que recomiendo visitar y si podéis pasar noche pues hace que la experiencia sea todavía mejor. Me falta visitar la isla mediana que seguro que en mis próximos viajes a Irlanda la conoceré para así completar el conjunto tan maravilloso de las Islas Aran.

See you!

Doolin-Cliffs of Moher

Doolin es un precioso pueblo en el Oeste de Irlanda que se encuentra muy cerca de los Acantilados de Moher. Doolin no lo conocía, pero los Acantilados si. Cuando estuve trabajando de guía turística igual fui como unas 20 veces más o menos, si no fueron más. Pero siempre con el tiempo justo típico de las rutas guiadas en las que tienes una hora y poco para verlos. Esta vez fue diferente, pues yo quería pasar en los Acantilados más rato y recorrerlos de punta a punta, y así fue.

Doolin

La ruta a pie (Cliffs of Moher Walking trail) comienza en Doolin, un sendero de unos 8 km que pasan a ser un tanto desafiantes y exigentes, sin barreras y con el océano allá abajo. Ascensos, descensos, algunos escalones muy bien preparados, estrechos, más anchos, pero en ningún momento te sientes desprotegido. A mi me hizo un día increíble, un poco de viento pero no exagerado. De hecho, me encontré cuando ya empecé a caminar, a un grupo de gente que iban con un guía, lo que me dio más seguridad pues yo iba sola. Así que fui «siguiéndoles» a veces los adelantaba si se habían parado a explicar algo, pero siempre los tenía como referencia. No puedes perderte, pues hay que seguir un camino, y siempre vas por el borde del «abismo», así que es fácil de seguir.

Como ya he comentado son unos 8 km hasta el centro de visitantes de los Acantilados de Moher. Una vez que llegué, seguí caminando hasta la otra punta de los acantilados. Un paisaje impresionante allá donde miraras. Me impresionó mucho poder ver los Cliffs desde otras perspectivas, pues cuando los visitas de manera turística te pierdes muchas cosas y te quedas únicamente con la imagen que podemos ver en todos los sitios. Esta vez los disfruté al completo y fue algo realmente maravilloso.

En la secuencia de fotografías os he resumido el trayecto hasta Moher Tower at Hag´s Head. Después volví hasta el Centro de visitantes de nuevo, y me esperé al bus de vuelta a Galway que es donde estaba hospedada. Lo ideal es hospedarse en Doolin pero no encontré alojamiento, así que la opción de Galway también está bien. Un autobús de Galway a Doolin, y después bus de vuelta desde los Cliffs hasta Galway. En total unos 21 km de absoluta felicidad ya que por fin pude conocer los Acantilados en toda su esencia.

See you!

Jabón de limón

El Bloomsday es un evento irlandés que se celebra cada año recordando a Leopold Bloom, protagonista principal de la novela Ulises escrita por James Joyce y publicada en 1922 y que desde el año 1954 se celebra todos los 16 de junio. Tiene lugar en 1904 un 16 de junio, y es por esta razón por la que pasó a celebrarse ese día.

Todos los que celebran el Bloomsday, procuran realizar exactamente lo mismo que los protagonistas de la obra. Comen, cenan, hacen lecturas, representaciones, recreaciones, recorridos a pie, visitas a lugares tradicionales y un montón de eventos que seguro no dejan lugar a equívoco que en Dublín se siguen los pasos de Leopold Bloom.

Jabón de limón

Y entre esos lugares que se visitan en este día está la Farmacia Sweny en Lincoln Place. Y os preguntaréis qué tiene que ver este lugar con Ulises. Pues bien, en uno de los capítulos (que conste que yo no lo he leído, de momento), el quinto para ser más exactos, Leopold se detiene frente al escaparate de esta farmacia. Iba con la intención de comprar una crema para su mujer, pero se le había olvidado la receta en casa y le pide al farmacéutico ayuda para encontrar qué clase de crema es, buscando en su libro de recetas. La espera le pone algo nervioso a Leopold y decide que mientras tanto se va a unos baños turcos y que de momento se lleva un jabón y que volverá más tarde a por la crema de su mujer y que ya pagará todo a la vez. Leopold no vuelve a la farmacia, y el jabón que se llevó no es otro que el jabón de limón, un jabón que cada 16 de junio en la ciudad de Dublin, tiene una venta exagerada de fans que acuden a este establecimiento, que más de un siglo después sigue ahí.

Evidentemente ahora no es una farmacia, pero podría decirse que es un pequeño lugar donde puedes encontrar de «todo» relacionado con James Joyce y su novela. En este lugar, tal y como anuncian en su escaparate, realizan lecturas de la novela en varios idiomas, y el dueño de esta «farmacia» es un señor bastante peculiar que no pudimos conocer el día que fuimos porque estaba fuera de Irlanda en un simposio de James Joyce (como no). Nos enteramos que este señor dice ser familia directa de James Joyce. Con eso digo todo….

escaparate

Pero eso si, compré una pastilla de jabón de limón para hacer un regalo a un familiar que si que se ha leído Ulises (valiente ella), y al entrar, oye, que te transformas jeje. Nos atendieron amablemente y pasamos un rato muy ameno en esta «farmacia». Uno de esos lugares que se descubre en Dublín y que te dejan con la boca abierta.

See you!

The last Bookshop

A quien no le gustaría un lugar retirado del bullicio de la ciudad de Dublín, un lugar donde puedes encontrar libros, donde puedes pasar horas y además poder tomarte algo. Pues si, existe y es la librería llamada The Last Bookshop situada en el 61 de Camden Street Lower en Dublín.

Es impresionante entrar y ver toda esa cantidad de libros y libros y libros. Puede parece una locura o un desorden total, pero no, te permite indagar, descubrir, y pasar rato y rato buscando un libro que pueda interesar o para hacer un regalo. Todo es de segunda mano que es algo que también la hace especial.

Pero ahí no queda todo. Al fondo de la librería se puede ver una puerta que lleva a un lugar que poca gente conoce a no ser que te acerques y la abras para cotillear. Mi amiga, que es la que me llevó a la librería ya conocía este maravilloso rincón. Si atraviesas la puerta encuentras un lugar al exterior fantástico en el que te puedes sentar con tu libro a leer y tomarte algo, o a disfrutar de la compañía con un brunch delicioso que es lo que hicimos.

Un lugar en Dublín para disfrutarlo. ¿Te animas?

See you!

Maynooth

Como cada año que termino mi viaje en Dublín, siempre me pongo a pensar en qué lugares cerca de la ciudad podría visitar. En este caso, mi amiga Teresa que vive en Dublín, me aconsejó que fuéramos a Maynooth, una ciudad universitaria que está situada en el norte del condado de Kildare. Está muy cerquita de Dublín y muy bien comunicada con líneas de autobús y tren. En nuestro caso tomamos el autobús número C3, pero también puedes ir en el C4. Es un trayecto de menos de una hora y la parada, pues bueno, como casi siempre cuando vas a un lugar desconocido, es mejor preguntar al conductor o intuición. Nosotras paramos por intuición y acertamos (de milagro, sino, no se dónde aparecemos).

Qué visitar en Maynooth en un día

Nosotras empezamos visitando el Castillo de Maynooth, una impresionante estructura de piedra del siglo XII cuyas paredes tenían hasta 7 pies de espesor en algunos lugares. Construido por Gerald Fitzmaurice, primer señor de Offaly, convirtiéndose más adelante en el hogar de los Fitzmaurice y Fitzgerald. Se encuentra en el interior de la ciudad muy cerca de la entrada principal a la universidad, y los ríos que lo rodean formaron un foso natural para su defensa. En su interior se puede ver un pozo, siendo uno de los castillos de Irlanda que albergan un pozo dentro de la fortaleza. El otro castillo es el de CarrickFergus. Esto proporcionó un suministro de agua potable, incluso cuando el castillo estaba bajo asedio.

Castillo de Maynooth

El torreón presenta una historia del castillo y, en particular, cubre la infame y desafortunada rebelión de Silken Thomas (Thomas FitzGerald) de 1534-35, en la que el protagonista principal se encontró a merced de Enrique VIII, para proteger su herencia familiar y la libertad de Irlanda de un rey tirano y herético que él creía responsable de la muerte de su padre. Desafortunada porque en marzo de 1535, las fuerzas de la corona tomaron el mando del asedio al castillo de Maynooth, que duró unos diez días. El castillo cayó después de que Thomas fuera traicionado por su hermano adoptivo Christopher Paris, quien entregó el castillo a cambio de una alta suma de dinero. Pero la jugada le salió mal, pues una vez recibido el dinero fue ejecutado junto a miembros de las estancias del castillo.

Maqueta
Jardín exterior con algunos restos conservados

La noche antes de que Thomas se rindiera ante el rey, tocó el laúd bajo un tejo en los terrenos de la universidad. Por desgracia, el rey mostró poca piedad y Thomas fue ejecutado en Londres en 1537.
El escudo de FitzGerald es bastante inusual ya que presenta un mono a cada lado del escudo de armas. Se dice que estos se incorporaron en la época de John FitzThomas FitzGerald, primer conde de Kildare. Según se cuenta, de niño dormía en un dormitorio en el castillo de Woodstock cerca de Athy, cuando se desató un incendio. Un mono que tenían como mascota y que estaba cautivo se liberó y rescató al niño de las llamas y lo mantuvo a salvo en una de las torres. La familia devolvió este favor incluyendo monos en su escudo y el lema «Non Immemor Beneficii» (No olvidando los favores).

Para terminar, comentaros que la entrada es gratis en horario de 10 a 18h de Mayo a Septiembre.

Universidad de Maynooth

la Universidad y el Colegio Real de San Patricio tienen una historia en conjunto desde 1795 hasta 1997. En 1795, el gobierno estableció la universidad de esta ciudad como seminario nacional de Irlanda y en 1896 se le concedió el estatus de Universidad Pontificia. Los sacerdotes ordenados en el Seminario de San Patricio representaban más de la mitad del clero diocesano. A lo largo de los años, un total de 10.000 sacerdotes han sido ordenados aquí. Uno de los edificios más interesantes del campus es la capilla de estilo gótico diseñada por James Joseph McCarthy, que fue construida entre 1874 y 1890 (quien también realizó trabajos en la cercana iglesia católica romana de St. Mary). La torre se completó en 1902. Hay 454 puestos en el coro, lo que la convierte en una de las capillas más grandes del mundo.

Capilla del Seminario de San Patricio al fondo

Será en 1996 cuando esta universidad permita la entrada de estudiantes laicos, lo que hizo ampliar esta facultad sobre todo en 1997 cuando entró La Ley de Universidades, incluyendo estudios de artes, estudios celtas, filosofía incluso expandiéndose hacia las finanzas y la ingeniería.
Los puntos destacados de la universidad incluyen el árbol de tejo de Silken Thomas, la plaza de San José y la capilla del colegio. Es fantástico explorar los hermosos jardines mientras se puede admirar la arquitectura neogótica de Augustus Pugin (1812-1852).

Interior del Seminario de San Patricio
Jardines

Dónde comer en Maynooth

Habíamos mirado días antes un restaurante para comer en Maynooth. Se llama SÁSTA by the river, un lugar fantástico, una experiencia gastronómica como bien dicen en su página web. Habíamos reservado por si acaso, y pudimos sentarnos en la terraza exterior ya que hacía un día estupendo (comer en terraza en Irlanda es increíble!!!). Si hiciera un día malo, no pasa nada, el interior a parte de maravilloso y de ser un oasis de plantas vivas, es muy amplio. Como anécdota contaros que mi amiga y yo les preguntamos si vendían alguna planta, pues las dos somos unas locas de las plantas jajaja. El ambiente en el exterior fue una pasada, música suave, tranquilidad y junto al río Lyreen. El menú es muy variado, existiendo opción vegetariana, vegana y sin gluten.

Tempura Fish Tacos
Terraza
Interior

Un día para recordar y un lugar fantástico del que me ha encantado escribir. Siempre descubres sitios nuevos que visitar a pesar de llevar tantos años viajando a Irlanda. Y lo que queda…..

See you!

Abadía de Sligo

Hoy tocaba en Sligo visitar su Abadía. La verdad es que este tipo de edificios a pesar de estar medio derrumbados la mayoría, para mi son muy emocionantes. Desprenden tanta historia, que te quedarías horas y horas caminando por sus ruinas.

La abadía de Sligo fue un convento de dominicos en Sligo y fue fundado en 1253. De estilo románico y se nota que tuvo algunas modificaciones en años posteriores. Como os he comentado, está todo en ruinas pero la parte de la Iglesia y el claustro son realmente preciosos.

Sligo Abbey, fue fundada en 1253 por Maurice FitzGerald. Su propósito supuestamente era albergar una comunidad de monjes para orar por el alma de Richard Marshal quien se rumoreaba que había matado. Los dominicanos fueron una mala elección para tal tarea, ya que su especialidad es predicar en lugar de orar. FitzGerald construyó una abadía normanda sustancial, con todas las partes esenciales y la dotó de tierras. 

En 1414 el edificio sufrió un incendio, y en esos momentos la abadía no disponía de medios para su reparación, y se pidió ayuda al Papa, y finalmente en 1416 el edificio pudo ser reconstruido por el prior Brian, hijo de Dermot MacDonagh. En este año en la abadía vivían 20 frailes.

Durante las Guerras Confederadas de Irlanda (1641-1653) el convento fue atacado e incendiado por Frederick Hamilton en el verano de 1642. Algunos de los frailes murieron.

En 1697, cuando el rey Guillermo reinó solo, el Parlamento irlandés aprobó la Ley de Destierro , que especificaba que todos los obispos y los monjes debían abandonar el país antes del 1 de mayo de 1698.  Los dominicos de Sligo partieron de Irlanda hacia España, liderados por su prior, el padre Patrick McDonogh. La abadía quedó entonces vacía completamente.

En el siglo XVIII, algunos frailes regresaron a Sligo y se quedaron en la abadía. En 1760, cuando el padre Lawrence Connellan regresó de Lovaina a Sligo, descubrió que los edificios se habían deteriorado tanto que fue necesario buscar otro alojamiento. Los terrenos de la abadía se utilizaron como cementerio y los edificios fueron extraídos de piedra reutilizable. Se fue limpiando de hierbas a principios del siglo XX y hasta nuestros días. Se puede visitar y estar el tiempo que quieras. Ahora mismo no recuerdo si me cobraron entrada, creo que si. Pero merece la pena adentrarse en su arquitectura, que os voy a detallar a continuación.

Arquitectura

Las ruinas de la abadía están formadas por los muros de la iglesia, incluidos los de la torre, los tres lados del claustro y los restos de la sacristía, la sala capitular, el refectorio y los dormitorios. La mayoría de los edificios parecen datar del siglo XIII, la época de la fundación del monasterio y fueron construidos en un estilo románico tardío o lo que podríamos llamar estilo normando. En el gótico tardío del siglo XV se hicieron adiciones y reemplazos y algunos otros en el siglo XVI.

La iglesia nunca fue abovedada y, habiendo perdido su techo de madera, permanece abierta al cielo. Los muros de la iglesia tienen un grosor de un metro más o menos y la iglesia podemos ver que está dividida en coro (o presbiterio) en el este y la nave en el oeste por la mampara de piedra tallada del siglo XV , que consistía en una galería a través de la iglesia sostenida por bóvedas de crucería de crucería, tres tramos de ancho y uno de profundidad. Esta mampara de techo ha sido parcialmente reconstruida a partir de los pilares derecho e izquierdo supervivientes en la última restauración de la abadía. Vista desde la nave hasta el coro. La pantalla de la torre reconstruida está en el centro.

El extremo este de la iglesia es cuadrado. La pared del fondo tiene una gran ventana de estilo gótico tardío dividida en cuatro luces por parteluces. Su cabeza está llena de tracería reticular. Esta ventana debe haber sustituido a una o varias ventanas románicas del siglo XV. Frente a esta ventana se encuentra la mesa del altar mayor, cuyo frente está dividido en nueve paneles decorados con arcos cúspides del gótico tardío y follaje en relieve. Este altar también data del gótico tardío.  Además, el altar es el único ejemplo esculpido que sobrevive en iglesias monásticas. Los paneles frontales están finamente labrados con ornamentación de follajes, uvas y una rosa. Su posición pegado al muro implica que el sacerdote ejecutó los diversos oficios litúrgicos diarios encarado hacia el este.

La nave tiene el mismo ancho que el coro. Su fachada occidental ha sido destruida de modo que el extremo occidental de la iglesia queda abierto. En el lado sur, la nave estaba acompañada de un pasillo y un crucero de un solo brazo (o capilla lateral). Ambos son adiciones posteriores. La nave se ha demolido íntegramente y el crucero parcialmente, de modo que queda al descubierto la arcada, formada por tres arcos apuntados sostenidos por pilares octogonales. El crucero tuvo una vez dos altares.

El claustro se encuentra al norte de la iglesia quedando solo en pie tres de sus lados. El paseo del claustro está cubierto con bóvedas de cañón. Sus soportales están sostenidos por esbeltos pilares que recuerdan a dobles columnas que son octogonales y espirales. Los arcos de las arcadas y las bóvedas de cañón son ligeramente apuntados. Además se pueden observar diversidad de motivos esculpidos. A pesar de su aspecto románico, el claustro se atribuye al siglo XV. El claustro presenta pequeñas esculturas, y éstas incluyen una cara y sobre ella, dentro del arco, un Nudo del amor, ambos situados en la galería norte. Se dice que el nudo del amor representa el vínculo entre el amor terrenal y el espiritual, y es considerado una «piedra de los deseos» por la tradición local.

Nudo del amor

La sacristía y sala capitular se encuentran en la planta baja de la parte este. A excepción de la extensión occidental de la sala capitular, forman parte del núcleo de la abadía del siglo XIII. Se cubren con bóvedas de cañón similares a las del claustro. El refectorio ocupaba el primer piso de la parte norte. Solo se conserva su muro sur sobre la arcada del claustro. De esta pared sobresale una ventana de mirador en ruinas que da luz al escritorio del lector donde un fraile leería en voz alta las Escrituras durante las comidas. 

Monumentos en su interior

La «tumba del altar de O’Craian» es el monumento más antiguo que se conserva en la iglesia. Su inscripción en latín lo data de 1506 y afirma que es la tumba de Cormac O’Craian (o Crean) y su esposa Johanna, hija de Ennis (o Magennis). Llena un nicho en el muro norte de la nave junto a la mampara de la torre. Consta de una mesa de piedra, similar al altar del coro, y un baldaquino formado por un arco alto apuntado con tracería. El estilo es gótico tardío. 

El mural de O’Connor es de 1624, construido en la pared sur del coro, commemora a Sir Donagh O´Connor, Señor de Sligo y a su esposa Lady Elinor Butler. Están arrodillados en posición devota alojados dentro de un arco de triunfo. Simbolismo renacentista y simetría gobiernan los elementos decorativos. Rasgos característicos que incluye: crucifixión con santos, escudos de armas y símbolos de muerte y de vida tras la muerte. Fue la influencia de O´Connor con la Reina Isabel lo que salvó el convento de Sligo de la disolución, un destino sufrido por la mayoría de las casas religiosas católicas de Irlanda en el siglo XVI.

Próximamente, más Sligo!!

SLIGO

Hola a todos!!

En este post voy a hablar de Sligo, un lugar desconocido para mi y que me cautivó desde el minuto uno. Mi viaje empezó como siempre en el aeropuerto de Madrid con un vuelo directo a Dublín. Una vez en el aeropuerto de Dublín se puede coger el autobús que te lleva a la estación de autobuses de Sligo. Tuve mucha suerte de poder reservar alojamiento muy cerquita de la estación, y tan cerca, estaba al lado. El alojamiento fue Sligo Southern Hotel . La verdad es que no esperaba un hotel tan bonito y además tan económico. Si que es cierto que era junio, pero los dos días que estuve fueron geniales.

Dejé el equipaje y me fui a dar una vuelta por la ciudad, a pesar del chaparrón increíble que cayó en cuestión de un minuto… es Irlanda jajaja. Y como ya era hora de cenar, después de la lluvia, fui buscando un sitio para comer algo. Y encontré en la misma calle del hotel un restaurante llamado The Railway Bar en el que me pedí un FISH&CHIPS riquísimo!!

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Después de la estupenda cena, amenizada como no, con música, me fui a dar un paseo y ya terminé en el hotel. Estaba ya cansada del viaje y además al día siguiente tocaba excursión. Así que a descansar y a recargar pilas.

La excursión la reservé online en la empresa llamada Rose of Innisfree . Estaba buscando algún tour especial y encontré precisamente uno que cumplía todas mis expectativas: YEATS SPECTACULAR TOUR. Todo referente y que giraba en torno a la vida de Willian Butler Yeats,  poeta y dramaturgo irlandés que envuelto en un halo de misticismo, fue una de las figuras más representativas del renacimiento literario irlandés y uno de los fundadores del Abbey Theatre. También ejerció como senador y fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1923.

Nos venía a buscar una furgoneta a la oficina de turismo de Sligo y sorprendentemente sólo estábamos una pareja y yo, así que una maravilla. El conductor, típico irlandés total, nos llevó lo primero al cementerio de la iglesia de San Columba, Drumcliffe, donde descansa el poeta irlandés William Butler Yeats a pocos kilómetros de la ciudad de Sligo hacia el norte. La lápida no es nada pomposa, al revés, es una lápida muy simple en la que aparecen su nombre y la fecha de su nacimiento y muerte. Además, si seguimos observando podemos comprobar que también se tallaron unas líneas que corresponden a uno de sus poemas, exactamente al poema titulado «Under Ben Bulben».

Under bare Ben Bulben’s head
In Drumcliff churchyard Yeats is laid,   
An ancestor was rector there
Long years ago; a church stands near,
By the road an ancient Cross.
No marble, no conventional phrase,   
On limestone quarried near the spot   
By his command these words are cut:

Cast a cold eye
On life, on death.
Horseman, pass by!

(Observa la vida y la muerte con frialdad, jinete, no te detengas)

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Está claro que este fragmento de este poema era su manera de decir dónde quería pasar el resto de la eternidad, pues muy cerca del cementerio está la imponente montaña Ben Bulben que detalla en estas líneas. Su amado Sligo, su casa.

Ben Bulben es una enorme formación de piedra caliza que se eleva sobre las montañas de Dartry y ha sido un sitio de gran importancia para la cultura y la mitología irlandesa desde hace miles de años y una gran inspiración para Yeats.

Al fondo se puede observar entre nubes la imponente montaña Bel Bulben

Las vistas son desde el cementerio, pero te dejan sin palabras. En otra ocasión y con más tiempo, me gustaría acercarme más a Ben Bulben.

Dejando atrás este maravilloso paisaje, volvimos a la furgoneta y nuestro guía nos llevó a la Cascada de Glencar. Una de las cascadas más idílicas y accesibles de toda Irlanda. Está situada bastante alejada de la civilización, pero la carretera es buena y tiene un parking e instalaciones alrededor. Se sitúa en frente del lago Glencar y rodeado de montañas y acantilados. Un lugar precioso para estar un buen rato observando y fotografiando.

Justo en frente de este espacio, cruzando la carretera, nos pudimos acercar hacia el lago Glencar. Un lugar de un verde increíble como pasa en toda Irlanda, y las típicas ovejitas decorando el paisaje. Nos dejó el guía un ratito para hacer alguna foto, y ya marcharnos al siguiente destino.

De camino a nuestro siguiente destino, fuimos parando en algunos miradores donde las vistas eran realmente fantásticas. No se si estaban incluidas tantas paradas en el camino, pero creo que al ser solo tres personas, para el guía le era fácil parar un segundo y volver a subirnos. Y ahora llegó la sorpresa. Aunque había visto que el tour incluía un paseo con barco, hasta que no llegamos a una especie de embarcadero, no me acordé. Y ahí nos estaba esperando el Rose of Innisfree para llevarnos por el lago Gill en un viaje impresionante.

El lago Gill tiene 8 kilómetros de largo y dos kilómetros de ancho y su superficie está salpicada de islas densamente arboladas. Al sur, las aguas del lago Gill acogen un pedazo de tierra, Innisfree, que Yeats hizo famoso en uno de sus versos, que os pongo a continuación:

«The Lake Isle of Innisfree»

I will arise and go now, and go to Innisfree,
And a small cabin build there, of clay and wattles made;
Nine bean-rows will I have there, a hive for the honey-bee,
And live alone in the bee-loud glade.

And I shall have some peace there, for peace comes dropping slow,
Dropping from the veils of the morning to where the cricket sings;
There midnight´s all a glimmer, and noon a purple glow,
And evening full of the linnet´s wings.

I will arise and go now, for always night and day
I hear lake water lapping with low sounds by the shore;
While I stand on the roadway, or on the pavements grey,
I hear it in the deep heart´s core.

Me levantaré y me pondré en marcha, y a Innisfree iré, y una cabaña haré allí, de arcilla y espinos: nueve surcos de habas tendré allí, un panal para la miel, y viviré solo en el arrullo de los zumbidos.

Y tendré algo de paz allí, porque la paz viene goteando con calma, goteando desde los velos de la mañana hasta allí donde canta el grillo; allí la medianoche es una luz tenue, y el mediodía un brillo escarlata y el atardecer pleno de alas de pardillo.

Me levantaré y me pondré en marcha, noche y día, oigo el agua del lago chapotear levemente contra la orilla; mientras permanezco quieto en la carretera o en el asfalto gris la oigo en lo más profundo del corazón.

El viaje en el barco fue muy bonito. El guía nos iba poniendo por los altavoces poemas de Yeats, ya que sus versos están grabados a fuego por esta zona de Sligo. Vimos al pasar la Parke´s Castle y su entorno espectacular y unas vistas que nos dejaron sin palabras.

Parke´s Castle

La Parke’s Castle es una mansión situada en las cercanías de Dromahair, y a las orillas del lago que estábamos visitando.

La fundación de la casa se remonta al año 1609 cuando el capitán y colono inglés Robert Parke la construye. La construcción se inicia cuando en el siglo XVII se remodela y transforma la torre anterior existente del siglo XVI propiedad del clan O`Rourke

En este castillo encontraron refugio decenas de españoles bajo la protección de Brian O´Rourke tras el naufragio de la Armada Invencible en 1588, entre los que se encontraba el capitán Francisco de Cuéllar. 

En la actual construcción destacan las chimeneas y las ventanas.

Al final del trayecto, nuestro guía nos invitó a un scone típico irlandés con mermerlada y mantequilla y un té. Fue genial!! Un tour totalmente recomendable.

Y ya de vuelta a Sligo me compré algo para cenar en un supermercado y me subí a la habitación. Un día inolvidable.

Continuará………..

Blasket Islands y Andrea. Su historia.

The Irish Press, Tuesday, October 23, 1984. 

Hola a todos! Os prometí contaros la historia de Andrea, la mujer alemana que conocimos en la isla. Una historia que nos emocionó mucho, y que no podía faltar en mi blog. Nos pareció una mujer especial, y cuando conocimos su historia, entendimos el por qué nos había parecido tan especial. Se nota en su carácter, en su mirada, en su forma de caminar por la isla. Algo escondía, y cuando nos lo contó quedamos maravilladas con cada una de sus palabras. Este recorte de periódico que me dejó fotografiar, le acompaña siempre en sus viajes a la isla. Lo llevaba dobladito dentro de un libro, y nos lo enseñó con un cariño tremendo. Debajo de la fotografía os dejo la traducción del texto del recorte.

edf

Por primera vez desde que los isleños nativos se marcharon en noviembre de 1953, Great Blasket resuena este invierno con los gritos de un bebé nacido de una pareja que vive en la isla. Son Bernard y Andrea Guyenot, cuya niña nació el fin de semana en Killarney. La pareja se dirigía al Hospital General de Tralee cuando ocurrió el nacimiento.

Se habían desviado a Killarney para visitar a un amigo y la enfermera local Ann Govan asistió al parto cuando el bebé decidió que ya era hora. Después del nacimiento, madre e hija, cuyo nombre es Lisa, ingresaron en el hospital de Tralee. Ayer por la tarde, la familia feliz salió del hospital para comenzar el viaje a casa, a Great Blasket.

Andrea dice: «Queríamos que el bebé naciera en la isla, pero era imposible conseguir que un médico o matrona se quedara, así que llegamos a tierra firme. Pero tan pronto como podamos, volveremos porque, como todos los demás , nos gusta estar en nuestro propio hogar».

Ex profesores, los Guyenots ya tienen una hija de tres años, Joanna, que nació en el hogar alemán de Andrea. Bernard, nacido en Francia, tiene 25 años, un año mayor que Andrea, y la pareja hizo su primera visita a las Blaskets hace cinco años. «Inmediatamente nos enamoramos del lugar y no tuvimos ninguna duda de que algún día viviríamos aquí», dice Andrea. La pareja viajó a las islas todos los años desde 1979 y el año pasado completaron la reconstrucción del restaurante y casa de huéspedes que ahora administran en Great Blasket.

Bernard Guyenot está de acuerdo en que «el invierno será difícil a medida que los días sean más cortos y fríos. No hay electricidad, por supuesto, en la isla y, aparte de la madera y el césped, hacemos un uso extensivo del gas. Durante las últimas semanas, hemos estado acumulando un buen suministro de alimentos. Es esencial contar con reservas, ya que el mal tiempo a menudo nos impide llegar a tierra firme durante un largo período de tiempo. Pero estos meses realmente no serán más difíciles para nosotros que para cualquier otra persona y no estaremos solos, ya que nuestros amigos Silke, Astrid y Harald también se quedarán. Tenemos toda la comodidad y el refugio que necesitamos y, además, también tenemos la alegría de vivir en uno de los últimos lugares no habitados y más grandes de Europa. Tenemos mucha suerte».

Uno de los mejores amigos de la pareja es el barquero Michael O’Connor, quien, junto con otros hombres de Dunquin, ayudó a Bernard y Andrea a renovar las casas en ruinas que ahora se han convertido en su hogar.

Bernard dice: «Tenemos una buena relación con la gente que vive en tierra firme, a pesar de venir del extranjero y también estar separados por el mar. Nos sentimos aceptados por la mayoría y si hay algunos que no están seguros de nosotros es porque realmente no nos conocen. Somos jóvenes y estamos dispuestos a adaptarnos y tenemos un gran respeto por las Blaskets, las personas que solían vivir aquí y que eran personas orgullosas y duras con gran cultura».

Ser dueños de sus propias vidas es algo que atrae particularmente a los Guyenots.

Andrea dice: «Es una responsabilidad, pero es maravilloso hacer cosas por ti mismo, convertirte en un buen cocinero, construir tu propio jardín, cultivar tus propias cosas y aprender a sobrevivir con un presupuesto reducido. También tenemos gallinas y cabras mientras que Bernard se dedica a la caza y la pesca en la que ahora es bastante experto. Por supuesto, tuvimos que aprender todas estas cosas para sobrevivir, pero no somos esclavos de nuestro trabajo, nosotros hemos elegimos esta forma de vida «.

A los Guyenot no les gusta la televisión, pero tienen una radio y una grabadora en la que complacen su amor por la música tradicional irlandesa. También han creado una biblioteca con libros sobre la cultura irlandesa y, en particular, sobre Kerry y la isla en la que ahora viven.

Como Bernard me dijo, en un camino hacia los acantilados siguiendo los pasos de Peig Sayers y Maurice O’Sullivan, «probablemente sea cierto que solo las personas que aman la isla profundamente pueden comprender completamente lo que la isla puede darte y lo que también exige. La naturaleza es tan poderosa que nadie puede dominarla y tienes que adaptarte y no pensar que eres el gran jefe de ese pequeño lugar. Aprendes a encontrar la armonía entre la isla y tú. También aprendes a respetar el mar que da tanto y a las aves y en general a toda la vida que existe aquí. Y, finalmente, también puedes aprender a conocerte y respetarte a ti mismo».

Cuando Bernard y Andrea vuelvan con su bebé de Tralee, volverán a su hogar, las Blasket. Uno siente que Peig estaría muy orgullosa de la joven pareja que está trayendo nueva vida a su casa en Great Blasket.

A continuación os dejo un enlace a un vídeo que la propia Andrea nos enseñó, de la página de Rté Archives. Una entrevista que les hicieron a ella y a su marido en 1985. Tengo que ser sincera, y mi amiga Teresa lo sabe. La historia me emocionó tanto que me puse a llorar…. Si, de esas veces que la historia que lees, un libro, o algo que escuchas o ves, te llegan tanto que te hacen emocionarte muchísimo. Pues eso me pasó a mi.

https://www.rte.ie/archives/category/lifestyle/2015/0417/694737-last-inhabitants-leave-blasket-islands/

Gracias Andrea por tu amistad, y espero que nos volvamos a ver por las Blasket, tu casa, tu hogar……. Hasta pronto.

Irlanda 2018. Cuarto día 4ª parte

Bueno, la cuarta parte y última de este cuarto día. La verdad es que he visto tan extenso el tema de las Blasket que he pensado en escribir por partes, para poder contaros mucho más.

Y llegaron las 8 de la mañana, sonó el despertador y…… ¿Dónde estoy?, ah si!… qué maravilla despertar así. Me asomo a «mi puerta» particular, y la imagen vuelve a sobrecoger. Hoy el día ha amanecido con una ligera bruma, yo creo que es parte de esa magia que esconde la isla, porque adquiere un toque misterioso al mismo tiempo que espectacular.

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Nos apañamos, y vamos al Caife a desayunar. Katy y Daren son una pareja estupenda. Son los encargados de llevar el Caife, donde sirven café, té, o incluso algo de comer si quieres. Nuestro desayuno es un tazón de gachas hechas con un cariño tremendo, pues estaban calentitas y sabrosas. También fruta y yogur. Un café y a disfrutar. Una maravilla, además de desayunar con esas vistas, pues eso, que no tengo palabras.

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Les preguntamos a qué hora nos volvemos a Dingle, y nos dicen que si nos parece bien irnos a las 16:30, que es la hora en la que se vuelve a Dingle en el ferry, si no pasas la noche. Por nosotras genial, más rato en la isla jeje. Así que como tenemos tiempo de sobra, decidimos irnos a andar pero por el otro lado de la isla.

También, acudimos a uno de las visitas guiadas que hacen a cada hora desde las 12. Fue gracioso, porque nos quedamos con la duda de si la señora que nos hizo la visita guiada podría ser familia de Peig Sayers, porque era igual…. Hablaba con mucha añoranza del lugar, y según nos contó, familiares suyos vivieron allí, pero no especificó. Es una maravilla el poder escuchar a personas que lo viven en primera persona.

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Terminado nuestro paseo, nos damos cuenta de que tan sólo trajimos comida para la comida y cena de ayer, y que para comer hoy no tenemos nada jajaja. Pensábamos que nos llevarían a Dingle antes, pero bueno, por nosotras genial porque hemos estado más rato. Así que preguntamos a Katy si sirven comidas y nos preparó una sopita para chuparse los dedos!! Y como teníamos algo de fruta del día anterior, pues completamos así nuestro lunch. Vimos como venía el ferry con los turistas de ese día, con los que volveremos luego, y nos preguntaban algunos si habíamos pasado la noche allí, y se quedaban maravillados. Qué sensación el sentir como que eres parte de esa isla aunque sólo haya sido una noche.

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Nos volvemos a «nuestra casita» a terminar de preparar la mochila, y charlar un rato con Andrea. En el caife también estamos un rato hablando con Katy y Daren y compramos unas camisetas de las Blasket. Hasta volvimos a bajar a la playa para despedirnos de las focas. Y miramos nuestro reloj y oh.. se acercan las 16:30, no puede ser, nuestro tiempo en la isla se acaba, y me da una pena tremenda. Nos despedimos de todos con grandes abrazos. La verdad que aquí la costumbre de dar dos besos como en España no está muy arraigada, pero si os soy sincera, los abrazos dicen mucho más, por lo menos para mi.

Vemos que viene Billy, nos ve y nos dice: a las 16:30 chicas. Ains… que nos vamos, pero bueno, parte de nuestra esencia la dejamos aquí. Este año me he sentido una más, me he contagiado de la magia que desprende esta isla y el resto de islas que están alrededor. Es un paisaje asombroso, y sé que volveré, eso está claro.

16:30. Hora de irnos. Cogemos nuestras mochilas y bajamos poco a poco al muelle por el camino de los muertos. Este camino, nos explicó la guía que nos hizo la visita, que era por donde bajaban los cadáveres de los que desgraciadamente morían en la isla, y se los llevaban a enterrar a Dingle o Dunquin.

La vuelta a Dingle estuvo genial, pues nos pusimos con Billy delante y fuimos hablando con el y aprendiendo cosas interesantes. Vimos a Fungie también, pero debía de estar tímido pues no saltaba mucho jeje. Muy emocionante todo, se nos hizo la vuelta muy amena y nos hizo otro día espectacular para volver.

Llegamos a Dingle, y nos quedamos las últimas en salir del ferry. Quería hacerme una foto con Billy para publicarla en el blog. De hecho se lo dije y le pareció fenomenal. Encontrarte con gente así de maja en tu viaje a Irlanda…. es lo mejor. Este año nos llevamos un bonito recuerdo que estoy segura, jamás olvidaremos.

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Bye Bye Blasket…. see you soon!!!!

 

Irlanda 2018. Cuarto día, 3ª parte

Y ya llega la hora de irse a dormir, pero antes, contaros que en la casa no estamos solas. En la habitación de al lado está viviendo una señora, que según nos ha dicho llevaba ya unos días y se va el domingo. En cuanto la saludamos, enseguida conectamos con ella. Se llama Andrea y es alemana y nos dijo que está enamorada de ese lugar, y que de vez en cuando viene a pasar unos días allí. De hecho, había visto un vuelo barato de Alemania a Irlanda y no se lo pensó dos veces. Al día siguiente, nos enteramos del por qué de esa relación de Andrea con la isla y os aseguro que fue realmente emocionante. Más adelante os contaré.

Después de cenar, nos fuimos a uno de los saloncitos de la casa, ya que Andrea estaba leyendo en el otro salón que da a la entrada principal, y no queríamos molestarla.  A la casa podías entrar desde la parte trasera que da justo a los baños, o desde la entrada principal desde la que puedes ver el mar. Es una maravilla poder tener esas vistas, yo me enamoré de la puerta principal, de la cual podías dejar cerrada la parte baja, y abrir de par en par la parte alta, y poder contemplar lo que tenías delante, un paisaje increible. A parte de las vistas, la tranquilidad, y no me cansaré de decirlo, se respiraba una paz…

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A parte de estos dos salones que os he comentado, decorados en estilo muy rústico, estaba también la cocina, en un rincón del salón principal, de la que nos explicaron cómo dar el gas por si queríamos cocinar. En este mismo salón, al fondo se encontraba  una escalera de madera por la que se accedía a las habitaciones. La de Andrea que es individual, y la nuestra con una cama doble y dos camitas individuales. Y por todas las paredes imágenes en blanco y negro de los habitantes de la isla. De nuevo mucha historia a nuestro alrededor, además de que la casa en la que estamos perteneció a Diarmaid «Jerry» Ó Sé. Os dejo un breve fragmento de su biografía a continuación. Sacado de unos textos que también estaban enmarcados en las estancias de la casa.

Diarmaid «Jerry» Ó Sé

Nació en 1861. A principios de 1885, Jerry se casó con Máire Ni Ghuithin, cuñada de Peig Sayers. Tuvieron dos hijos, Nelly Jerry y Thomas. Cuando la Junta del Distrito construyó las nuevas casas en Slinneán Bán, Jerry y su familia se mudaron a la más meridional de las casas, y Peatsaí Flint y su esposa Peig Sayers se mudaron a la casa contigua. Jerry murió a principios de enero de 1932, cuando tenía setenta años de edad. Sobrevivió a su esposa Máire por unos treinta años al menos.

En el texto se ha mencionado a Peig Sayers, otra habitante de la isla de la cual también os voy a dejar a continuación un breve fragmento de su biografía. Las dos casas, la de Diarmaid y la de Peig Sayers, eran contiguas, y actualmente es donde se puede quedar a dormir ofertado por la empresa Great Blasket Islands.

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La primera casa con puerta azul perteneció a Diarmaid y la que está a continuación a Peig Sayers

Peig Sayers

Nació en la ciudad de Vicarstown, Dunquin, Condado de Kerry, la hija más joven de la familia. Se llamaba Peig por su madre, Margaret «Peig» Brosnan, de Castleisland. Su padre, Tomás Sayers, era un narrador de renombre que transmitió muchos de sus cuentos a Peig. A la edad de 12 años, la sacaron de la escuela y se fue a trabajar como sirvienta de la familia Curran en el pueblo cercano de Dingle, donde dijo que fue bien tratada. Pasó dos años allí antes de regresar a casa debido a una enfermedad.

Pasó los siguientes años como empleada doméstica para miembros de la creciente clase media producida por la Guerra de la Tierra. Ella había esperado reunirse con su mejor amigo, Cáit Boland, en América, pero Cáit escribió que había tenido un accidente y no podía enviar el coste de la tarifa. Peig se mudó a la Gran Isla Blasket después de casarse con Pádraig Ó Guithín (Patrick Guiheen), pescador y nativo de la isla, el 13 de febrero de 1892. Ella y Pádraig tuvieron once hijos, de los cuales seis sobrevivieron.

El erudito noruego Carl Marstrander, que visitó la isla en 1907, instó a Robin Flower, del Museo Británico, a visitar las Blaskets. Flower estaba muy agradecida por las historias y cuentos de Peig Sayers. Los grabó y los usó para el mundo académico.

En la década de 1930, una maestra de Dublín, Máire Ní Chinnéide, que visitaba regularmente las Blaskets, instó a Peig a contarle la historia de su vida a su hijo Micheál. Peig era analfabeta en la lengua irlandesa, aunque recibió su educación temprana a través del inglés. Ella dictó su biografía a Micheál. Luego envió las páginas del manuscrito a Máire Ní Chinnéide en Dublín, quien las editó para su publicación. Fue publicado en 1936.
Durante varios años desde 1938, dictó 350 leyendas antiguas, historias de fantasmas, historias populares e historias religiosas a Seosamh Ó Dálaigh de la Comisión de Folklore Irlandés.
Peig continuó viviendo en la isla hasta 1942, cuando dejó la Isla y regresó a su lugar natal, Dunquin. Fue trasladada a un hospital en Dingle, Condado de Kerry, donde murió en 1958. Está enterrada en el cementerio Dún Chaoin, Corca Dhuibhne, Irlanda. Sus hijos sobrevivientes, a excepción de su hijo Micheál, emigraron a los Estados Unidos y viven con sus descendientes en Springfield, Massachusetts. 

Y ahora si, nos vamos a dormir. Ya está oscureciendo ahí fuera, y dentro como solo tenemos para encender velas, o nuestras linternas, pues ya decidimos que mejor irnos a la cama. Total, a las 5 y pico de la mañana ya es de día jaja. Nos despedimos de Andrea y subimos a nuestra habitación. Enseguida nos dormimos mientras van pasando por nuestras cabezas imágenes del día que hemos vivido en la isla. Y con una sonrisa en la boca, cogemos un sueño reparador y profundo.

A eso de las 6 de la mañana, me despierto y bajo un momentito al baño. De camino, me apetece abrir la parte de arriba de la puerta de entrada, y oh! qué regalo más maravilloso. No sé cuánto tiempo estuve ahí con la mirada perdida entre esas increíbles vistas que tenía delante, perdí completamente la noción del tiempo. Hacía fresquito, pero casi lo agradecía. El ferry de Billy se veía ahí al fondo, y es que la tarde anterior vino su familia a pasar también la noche después de dejar a los turistas en Dingle.

En fin, me volví a la cama. Aún quedaba un ratito más para dormir. El desayuno nos lo servirán a las 9, así que pusimos la alarma a las 8 para prepararnos y demás. Hoy tendremos que volver a Dingle, lo que no sabemos es a qué hora. O bien cuando venga Billy con los turistas que haya recogido a las 11 y cuando llegue se nos lleve de vuelta. O quizás a las 16:30 cuando los turistas se vuelvan a Dingle también. Ya nos dirán. Nosotras de momento sabemos que tenemos todavía mucho tiempo para estar en la isla, y que lo vamos a aprovechar al máximo.

Os contaré más!!!